En Moorea, como en todo el *fenua*, el tatuaje es un arte vivo. Cada motivo tiene su significado: evoca la familia, la naturaleza, los valores y las etapas de la vida. En los talleres, los tatuadores dibujan a mano, esculpen la piel con respeto y transmiten un legado de varios siglos.
Su saber se nutre de motivos marquesanos, tahitianos o samoanos, pero también de influencias de otros lugares. Algunos trabajan con máquina, otros a mano, siguiendo la tradición del *tatau*. Todos comparten la misma preocupación por el gesto justo y el dibujo preciso. El tatuaje polinesio, hoy en día, sigue evolucionando sin perder su alma: conecta el pasado y el presente, las raíces y la creación.